

La pasada semana del 16 de septiembre, los alumnos de las XX Jornadas de Corresponsales de Guerra, se incorporaban a la Escuela de Guerra y Liderazgo del Ejército sita en la calle Santa Cruz de Marcenado.
A las 8:00h de la mañana, uno a uno íbamos llegando a la cafetería de la primera planta y entre militares y civiles íbamos identificando y entablando conversaciones con quienes iban a ser nuestros compañeros los próximos días.
Tras un café lleno de presentaciones, comenzábamos con las clases.






Este es un curso de formación en el que la teoría y la práctica van de la mano de la manera más estricta, y tanto es así, que tras aprender en qué situaciones y de qué manera poner un torniquete, procedíamos a hacernos sufrir unos a otros, poniendo en práctica la teoría adquirida.
El temario es muy variado, pero siempre ajustado a posibles situaciones de riesgo a las que podemos enfrentarnos en una zona de conflicto, y es que, para nuestro ejército resulta importante formar a los profesionales de la información en este ámbito en el que ellos se desenvuelven cada día.

Hemos podido aprender en situaciones muy variadas, entornos muy distintos y técnicas muy diversas.
Desde cómo sacar a un compañero herido de un fuego cruzado, cómo conducir un 4x4 en terrenos adversos, salir de una zona minada si en algún momento por error hemos accedido sin darnos cuenta, hemos aprendido a gestionar la cabeza bajo el estrés y el caos, conocemos las pautas a seguir si nos vemos envueltos en un secuestro y hemos realizado maniobras nocturnas con la Infantería de la base militar de El Goloso.
Todo esto, entre otras muchas actividades que se han desarrollado a lo largo de la semana y que nos han permitido adquirir unos conocimientos que resultan vitales para poder informar desde lugares hostiles y conflictos.







Todos los profesionales que han participado son la élite en su ámbito. Su profesionalidad y rigor choca con la cercanía con la que nos trataban a todos y cada uno de los alumnos y, por supuesto, hemos podido ver de primera mano la excelente formación de nuestro Ejército de Tierra que funciona como el más perfecto de los engranajes.















Se trata de un curso excepcional que todo aquel que vaya a informar desde una zona de conflicto debería realizar al menos una vez en la vida.
La formación adquirida te permite como alumno comprender los riesgos reales que existen en estos lugares. Saber cómo actuar en cada una de las situaciones es la mejor defensa para, quizá, salvar tu vida y la de tus compañeros.
Porque un corresponsal que pierde la vida, es una verdad que se queda sin contar.
